CONTEMPLA
JUNTO A“MARÍA, MADRE NUESTRA”
EN ESTA NOCHE DE MARTES SANTO
¡Cristo del Perdón! En esta noche santa, noche amable, noche de Amor y Perdón, no sabemos cómo, pero la noche nos guía hasta aquí. Seguro que en el corazón de todas las noches se esconde alguna luz. Hoy, esa luz es la que nos ilumina. Hemos encendido nuestras lámparas. ¡Hay tantas estrellas en la noche! No es fácil ni corto el camino. Te buscamos por las calles y las plazas. No es un encuentro pasajero. Necesitamos de un encuentro permanente. Un encuentro en el Amor. De la mano de María, su madre y madre nuestra.
Míranos, Cristo del Perdón desde la ternura de Dios.
¡Cristo del Perdón! Queremos estar con María, nuestra Madre. Contemplar su belleza. Queremos unirnos a ella, con oraciones de alabanza. Queremos aprender de María, su capacidad de escucha, acogida y entrega. Madre de misericordia, enséñanos a estar cerca de los pobres. Ven con nosotros al caminar. Ayúdanos a crecer y confiar. Vives para los demás. Ejemplo de caridad. Enséñanos a servir. Enséñanos a amar. Cambia nuestro corazón duro. Queremos María, que nuestro corazón se parezca al tuyo. Enséñanos a decir sí.
¡Cristo del perdón! Esta noche contemplamos tu cuerpo dolorido. En la cruz, Jesús es dolor vivo, paciencia, oración, perdón, generosidad sin límites. Larga y terrible agonía. En la cruz sigues siendo el gran maestro. Nos entregas a tu madre. El camino se hace más duro y aumenta la debilidad de Jesús. Esta noche seguimos tus pasos, escuchamos tus palabras. Tu dolor se hace nuestro en los hermanos que sufren. Rezamos por ellos. María, mujer de silencio y escucha, modelo de contemplación, enséñanos a orar, a meditar. La noche se va cerrando. Cristo se convierte en puro amor. En llama que arde. En fuego que transforma.
¡Cristo del Perdón! Sabemos que el camino, y la verdad y la vida, es el amor, que la luz que vence a la noche, es el amor, que la fuerza creadora y vivificante, es el amor. Cristo es el Amor. Un amor infinito en misericordia y generosidad. Acuérdate de las personas que más sufren, de los pobres y excluidos, de los enfermos, de las familias divididas, de las naciones en guerra o en permanente opresión, de los más cercanos a nosotros .
¡Cristo del Perdón! Ayúdanos a ser solidarios con el sufrimiento. Tenemos que mirarnos en María. Estímulo y exigencia.
“¡Dichosa tú que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. María dijo: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava”(Lc 1, 45-48)”
